El gel exfoliante ayuda en la rutina del cuidado de la piel haciendo una limpieza facial profunda. De esta forma, se eliminan las células muertas e impurezas que se han acumulado durante el día para conseguir una piel suave y limpia.

Limpia perfectamente la piel removiendo las células muertas de la cara y del cuerpo, dejándolo con un agradable aroma, tersura y suavidad. Humecta y permite la óptima penetración de los activos que se apliquen después de la exfoliación.

Elimina las células muertas. Permite que nuestra piel respire y se oxigene al realizar una limpieza profunda, previene el envejecimiento cutáneo y activa la circulación. Esto ayuda a tonificar la piel y favorece una mayor penetración del tratamiento cosmético que apliquemos a continuación.